NOSOTRAS ESCRIBAMOS ALGO QUE LA CONTENGA.
LA PRIMERA PALABRA ES.............ES UNA INICIATIVA DE EVA GIL SORIANO PARA APASIÓNATE CON ARI
REEDITE LA ENTRADA PARA PONER TODOS JUNTOS
REEDITE LA ENTRADA PARA PONER TODOS JUNTOS
ROSAS Paseaba por el jardín cuando algo llamó su atención, en medio de las ROSAS rojas una de color negro le hizo fruncir el ceño. Se acercó para observarla, era muy extraña, alargó su mano y al rozarla todo a su alrededor giró y giró hasta que se vio transportado a otra época en la que los castillos se alzaban majestuosamente.
Eva Gil Soriano
CASCADA La cascada estaba a solo un paso de ser descubierta, ella no debía permitir que los demás la vieran ya que guardaba un oscuro secreto. Vio volar a un pájaro, algo aleteó, se dispersó en forma de niebla, debía ocultarla como nunca antes había hecho. Ester Fernández
AZUL El cielo azul como el mar reinaba toda la ciudad, pero unas nubes en la lejanía amenazaban con una brusca lluvia. En menos de diez minutos llegó el diluvio y los transeúntes comenzaron a resguardarse y maldiciendo el fatídico día que había estropeado su magnífico paseo.
Manoli Madroño Gómez
DIAMANTE De pronto, despertó sobresaltada, sudada y con el corazón acelerado tratando de recuperar la conciencia. Las manos cerradas fuertemente, las fue abriendo lentamente y en una de ellas sostenía un gran diamante cubierto de sangre.
Susana Gladys Brun Pastor
SANGRE La sangre roja y espesa cubría su cuerpo como un macabro sudario después del festín que se había dado con los cuerpos de las gemelas. Su fuerte color carmesí siempre le encendía la mente, nublando su raciocinio y dejando paso a sus más bajos instintos.
Elena Martín
OSCURIDAD Le rodeaba una gran oscuridad, no veía nada pero seguía corriendo, tenía que llegar a la luz, era su única oportunidad si no lo conseguía ahora ya no podría conseguir escapar. No quería que la oscuridad la engullera por siempre jamás.
Lorena Santos Hijosa
LILAS Solo hacía unos días que ya no estaba junto a él. Todavía no se hacía a la idea de haberla perdido. Era demasiado doloroso pero tenía que aceptarlo. Aquel accidente de tráfico se había llevado al amor de su vida. Fue hasta el dormitorio para pasar otra noche en soledad pero al cruzar el umbral se quedó muy quieto. Un olor a lilas lo invadió, sonrió tristemente recordando que era la flor favorita de ella. Respiró profundamente, el olor seguía ahí, no dormiría solo esa noche.
Eva Gil Soriano
BOSQUE El bosque estaba más oscuro de lo habitual, una tenebrosa niebla se extendía en todo el paisaje, el cual de día era precioso. Pero entre la noche, los demonios de la oscuridad reclutaban almas para su cruel ritual.
Manoli Madroño Gómez
DEMONIO La carretera se perdía en el horizonte, y a pesar de la velocidad que llevaba, sabía que no podía parar, aquel demonio surgido del mismo infierno podría atraparla y hacer realidad sus peores pesadillas.
Ana María Serrano
ESCALOFRÍO Otra noche tranquila y serrada, con una niebla espesa y un frío que calaba los huesos, en la que tenía que ir caminando por esa pendiente como todos los días. Pero ese día no sería lo mismo… Un sonido extraño, de la nada, la envolvió causándole escalofríos. Ya había llegado el momento y ella no podía hacer nada para cambiar su destino.
Luz Alverenga Rojas
SONRISAS Se quedó paralizada, no podía respirar y tenía la mirada fija en esa perversa sonrisa, sabía lo que estaba pensando e iba a ocurrir después. El sostenía un látigo de siete puntas, ella estaba atada por las muñecas y desnuda de cintura para arriba. No entendía por qué quería castigarla, no había hecho nada malo pero la había tomado como cabeza de turco. Ella solo rezaba para desmayarse pronto y no sentir el dolor.
Lorena Santos Hijosa
ESQUIZOFRENÍA La miraba a los ojos, esos ojos que un día tuvieron luz propia y que ahora solo estaban allí mirando sin mirar, el vacío que había en ellos no se igualaba con el que él sentía en las entrañas. ¿Cómo pudo permitir que lo sucedido tuviera estos resultados? Lo peor es que no es esquizofrenia lo que ella tenía… Luz Alvarenga Rojas
La palabra esquizofrenia me hacía rendirle respeto, aunque más que respeto era no aceptar la realidad. Lo admito por primera vez esta doble personalidad que está terminando con mi interior al igual que ya lo hizo con el exterior. Pero decime, ¿qué hacer con esta locura hereditaria? Lo único que me ayudaría a ella sería buscar la muerte, cortarme tan fácilmente las venas con cualquier utensilio fino.
Manoli Madroño Gómez
PUENTE COLGANTE, ROSAS Siempre había soñado con viajar a Nepal para poder disfrutar de las vistas, de la paz y llegar por fin a l templo dedicado al Dios Visnu, pero tenía que pasar varios puentes colgantes y le tenía miedo a las alturas. Pero el esfuerzo valdría la pena por ver el hermoso jardín de rosas que tenía aquel templo.
Lorena Santos Hijosa
Cruzamos el puente colgante, que por ser fiestas del pueblo estaba cubierto de rosas, caminábamos cogidos de la mano y sin darnos cuenta fuimos a parar delante de la puerta de la ermita. Qué recuerdos nos envolvieron.
María Pastor Albert
PERDÓN Perdón me pedía arrodillado. ¿Cómo perdonar una infidelidad? Realmente se creía que terminaría rendida a sus pies pero el perdón no se debía pedir sino ganarse y él jamás lo podría ya conseguir. Manoli Madroño Gómez
CORAZÓN Tú corazón en mis manos hacía se añicos como una vez el mío se hizo en tus fuertes brazos. Que la distancia que ahora depósito entre nosotros sea demasiado largo para poder recomponer este triste y roto corazón.
Manoli Madroño Gómez
LLORAR Apoyé mi mano en su pecho, junté nuestras frentes y con una sonrisa en los labios, lloré de felicidad porque llorar ya no era una condena sino una liberación.
Ana María Serrano
SALPICAR El agua me salpica, tengo frío. ¿Hasta cuándo tendré que permitir que me humille por mi error? ¿Cómo pude que me convenciera para hacer semejante locura?
María Pastor Albert
RANÚNCULO Ese día me dirigía a la biblioteca, tenía que hacer un trabajo sobre la palabra ranúnculo, un palabro sacado de ni se sabe dónde. El culpable fue el profesor de literatura. Él me tenía manía y me buscaba las cosquillas pues vería mi yo oculta. Ester Fernández
SOBRENATURAL Mirando el cielo a estas horas me sentía en paz porque el atardecer era el mejor momento del día, el momento en el que la luz solar hacía un paisaje maravilloso, algo sobrenatural.
Ana María Serrano
Paseaba por el bosque sola entretenida en mis pensamientos cuando, de pronto, vi a lo lejos, grande y hermoso con un pelaje increíble, algo sobrenatural. Mi amado brillaba por todo su cuerpo.
Gemma Riancho
SUPLICAR Al ocultar la cascada, ella se había quedado fuera, suspiró mirando dónde estaba su hogar. Pronto le tocaría suplicar por volver. Pero mientras tanto, disfrutaría usando alguno de los humanos que se acercaban a ella. Ester Fernández
LUNA Tener estas visiones en estos momentos no es que le gustara, más bien lo relajaba y se dejaba llevar. Ella tan lejana, tan bonita, tan intocable para todos. Pero sé que solo es un espejismo de un moribundo al que han dejado en medio de tanta maleza, una niebla inexplicable con un aluna más que llena y brillante.
Luz Alvarenga Rojas
COLUMPIO Sentía que volaba, se mecía hacia delante y hacia atrás. Su pelo se enredaba con el viento y le obligaba a cerrar los ojos. El cosquilleo en su estómago era la mejor de las sensaciones, nada era comparable a aquello. «Más alto», gritaba su mente. Pero de pronto, todo se acabó. —Vamos cariño, es hora de bañarte y cambiarte el pañal. Y con aquella frase se marcharon del parque dejándola sumida en la tristeza de abandonar su querido columpio.
Eva Gil Soriano
MAR Era una noche oscura, la luna brillaba en todo su esplendor. Caminaba por la orilla de la playa mientras el mar rugía con furia. Ella caminó decidida hacia él y se dejó llevar, estaba en casa.
Gemma Riancho
MORDISCO Sentí mis colmillos afilados asomarse, un aroma inundaba mis fosas nasales, ese olor a jazmín me estaba volviendo loco. Di unos pasos y observé a una joven americana, silenciosamente me acerqué a ella. Observé que su cuello estaba libre de cualquier cosa que fuera a molestarla cuando le diera un mordisco para succionar esa sangre que lentamente estaba terminando con mi poca cordura que aún tenía.
Manoli Madroño Gómez
BICHOS ¡Dios! Esto no podía estar pasándome a mí. Yo que tengo todo lo me he propuesto en esta vida. Y ahora verme envuelta en un lío que nada tengo que ver. Siento como recorren mis piernas y brazos, tengo el corazón a mil y pequeñas gotas de sudor recorren mis sienes. Sé que son bichos pero eso no calma mi ansiedad ya que sé que estoy a metros bajo tierra y eso no puede ser lo peor.
Luz Alvarenga Rojas
DISTANCIA Noto que cada vez la distancia es mayor entre nosotros, su familia se lo está poniendo muy difícil. No creo que lo consigamos, al final el amor no lo puede todo.
María Pastor Albert
MIEDO Olía el miedo, les veía mirarme con caras asustadas, creo que reconocían quién era aquí el depredador. En ese momento me sentí superior, yo era el rey de la selva… Dejé de leer y miré a mi alrededor, ya no había nadie. ¿Dónde estaban todos?
Ester Fernández
LIBRO Cientos de libros esperaban pacientes en el escaparate a que yo me decidiera por uno…Sus cientos de solapas relataban mil historias distintas, llenas de color y serigrafías únicas. Pero tan solo uno sería el elegido. Un libro que destacaba entre todos los demás por sus líneas puras y su portada sencilla y monocroma, por fin me había decidido por cual comprar y parecía estar deseoso de que lo tocara y leyera pues parecía llamarme en silencio.
Javier Castillo
SUSURRO Estaba sola en casa pero aún así pía un leve susurro pero no era capaz de ver de dónde provenía, nunca había tenido miedo pero ese ruido la estaba volviendo loca. Empezó a inspeccionar la casa habitación por habitación, solo le quedaba el sótano. Bajó despacio porque las escaleras no estaban bien, siempre decía que tenía que arreglarlas pero nunca tenía tiempo. Otra vez el susurro allí era más intenso. Llevaba poco tiempo allí y no la conocía del todo, siguió el ruido hasta una esquina, empezó a mover las cajas que había y dio unos golpecitos en la pared, esta se desconchó y vio lo que parecía una puerta…
Lorena Santos Hijosa
LUZ Caminaba por la solitaria carretera, su coche se había quedado sin gasolina en mitad de la nada. Al menos, la luz de la luna llena iluminaba su camino, pensó. Tras varias horas sin llegar a ninguna parte un estruendo le sobresaltó, asustado miró en todas direcciones sin ver nada más que las sombras de la noche. Aceleró su paso sin llegar demasiado lejos pues una luz cegadora le dejó paralizado. Miró hacía a arriba pero no pudo ver nada. Aterrorizado porque se encontraba totalmente inmóvil cerró los ojos. Si tenía que morir, no quería verlo. Fue entonces cuando sintió como se elevaba del suelo y allí en mitad de aquella noche desapareció. Eva Gil Soriano
AMANECER Aún no había amanecido. Las calles seguían en silencio y la lluvia resbalaba por las fachadas frías. Sentí una punzada en mis piernas que me avisaba que ya era hora de levantarse. Perezosa me puse a ello. Cuando me ya me encontraba en la cocina me dispuse a prepararme un café pero caí en la cuenta que no lo había comprado el día anterior. Maldecía todos los dioses y desde bien temprano sabía que el día comenzaba con mal pie. Manoli Madroño Gómez
SUEÑO Tomé mi abrigo y me dispuse a ir en busca del brebaje que me despertaba todas las mañanas, era un zombi si no lo tomaba y era peor desde hacía un mes, cada noche se repetía el mismo sueño. No podía encontrar la razón del porqué soñaba cada noche con él. Salí de casa con la cabeza gacha para que la lluvia no me golpeara la cara y me di contra un pecho fornido, unos brazos me sujetaron, una voz profunda me dijo «hola»«hola», levanté la mirada y entonces lo vi, todo mi cansancio desapareció, frente a mí sonriendo de lado estaba el hombre de mis sueños. Susana Gladys Brun Pastor
HOMBRE Todavía estoy dormida. Es lo primero que me ha venido a la cabeza mientras estaba pasmada mirando a ese hombre que me visita cada noche en mis sueños, de pie allí y sujetándome, me hace querer más. Pero ahora, en medio de este día nublado y la fría lluvia que me despeja, por momentos me alejo de él dando un paso atrás sin apartar la mirada de esos ojos oscuros como la obsidiana. Empiezo a temblar, no sé si de miedo o de la impresión pero él se da cuenta y me pregunta: —¿Estás bien? Luz Alvarenga Rojas ESCALOFRÍOS Dormía plácidamente cuando algo me despertó, por un momento me encontré desorientada, creía claramente que me había acostado en la cama, sin embargo, me encontraba en el sofá. Un escalofrío me entro al imaginar qué o quién me había llevado allí… Me levanté y volvieron los escalofríos a mí. Ahí estaba él, sonriéndome. Ester Fernández
BOTE El sol caía en todo su esplendor, gotas de sudor recorrían su rostro. Alzó la mirada al cielo raso deseando que llegase alguna nube pues el mediodía se acercaba velozmente. Volvió su mirada al campo y siguió arrancando las patatas, todavía quedaban varias tahúllas de tierra. Cómo desearía tener un bote de cerveza bien fría en esos momentos. Eva Gil Soriano
HAWAIANA Me dedicaba a observar el paisaje, estaba pensativo cuando algo cruzó por delante de mí, fijé bien los ojos en el borrón que había pasado por delante, no podía ser. Cerré los ojos pero ahí vi a Alejandro vestido de hawaiana, sí, como lo veía, ya le habían vuelto a gastar una broma al pobre. Ester Fernández
TELEVISIÓN Entré corriendo a casa tirando las cosas en cualquier lugar, ya me ocuparía más tarde de acomodarlas. El tiempo corría y debía prepararme, mi amor me esperaba. Fui a mi cuarto y como siempre busqué mi lencería más sexy, miré mi reloj, el tiempo me apremiaba, retoqué mi maquillaje, peiné mi melena. Unas gotas de mi perfume preferido, me puse los tacones y con caminar sugerente fui al su encuentro. Atenué las luces, me acomodé en el sofá… los segundos pasaban, llegó la hora, ahí estaba él, sonriéndome, mirándome con esa mirada soñadora, hablándome desde la televisión. Susana Gladys Brun Pastor
TACONES Frente al espejo se preparaba para una cita muy importante. Tras secarse el pelo, se pasó las planchas y se colocó una horquilla para sujetarse el flequillo en el lado derecho. Se puso maquillaje y se pintó ligeramente los ojos. Después, un poco de brillo en los labios y ya estaba lista. Solo faltaba colocarse sus tacones de aguja, que la hacían más esbelta y elegante. Antes de salir de casa, volvió a mirarse en el espejo, se sentía segura de sí misma, su cita iría genial y conseguiría el puesto de publicista que, por supuesto, se merecía. Eva Gil Soriano
GIMNASIO Todos los días pasaba por la puerta del gimnasio y se quedaba mirando hacia el interior, cada mañana se decía: «Hoy tendré el valor de entrar, hoy tendré el valor de hablarle». Luego lo veía hablando con esas mujeres de cuerpo trabajado y entonces entendía que nunca estaría a su altura. Él era alto y fuerte y ella era pequeña de estatura y su cuerpo nunca sería como el de aquellas chicas. No era gorda pero sí con muchas curvas. Seguía embobada mirándolo, solo reaccionó cuando escuchó unos golpes en el vidrio, él le sonreía y le hacía gestos para que entrara. Ella vaciló un poco y apartó la mirada. Cuando volvió la vista, él ya no estaba, suspiró resignada, dispuesta a seguir su camino cuando una profunda voz le dijo al oído: —¿Hoy por fin entrarás pequeña? Susana Gladys Brun Pastor
PEQUEÑA Te escribo esta carta a ti mi pequeña mariposa, te la dejaré donde siempre en el pequeño hueco que hay en tu tumba, esperando que desde el cielo puedas leerla, mi pequeña princesa. Ester Fernández
VIDA Notaba que la vida se le escapaba de las manos y no podía hacer nada, entonces decidió un cambio, pidió adrenalina y sin pensarlo dos veces clavó la aguja en el corazón. El paciente de pronto suspiró y abrió los ojos para cerrarlos de nuevo. El monitor empezó a emitir un sonido y el médico comenzó a respirar, lo había conseguido, había salvado la vida del paciente y eso le alegraba aunque sabía que iba a tener problemas porque el que estaba en la camilla era un famoso asesino y todos le observaban, creían que no había hecho bien pero por encima de todo estaba su juramento. Lorena Santos Hijosa
DESEO Estábamos ahí, todos juntos, el deseo se sentía por todas partes, necesitaba algo más que un toque pero decidí suspirar y mirar hacia delante. El profesor seguía contándonos cosas pero yo ya no era capaz de escucharle, deseaba con toda el alma acercarme a ella. Ester Fernández
FIN ..............POR AHORA..............
Eva Gil Soriano
CASCADA La cascada estaba a solo un paso de ser descubierta, ella no debía permitir que los demás la vieran ya que guardaba un oscuro secreto. Vio volar a un pájaro, algo aleteó, se dispersó en forma de niebla, debía ocultarla como nunca antes había hecho. Ester Fernández
AZUL El cielo azul como el mar reinaba toda la ciudad, pero unas nubes en la lejanía amenazaban con una brusca lluvia. En menos de diez minutos llegó el diluvio y los transeúntes comenzaron a resguardarse y maldiciendo el fatídico día que había estropeado su magnífico paseo.
Manoli Madroño Gómez
DIAMANTE De pronto, despertó sobresaltada, sudada y con el corazón acelerado tratando de recuperar la conciencia. Las manos cerradas fuertemente, las fue abriendo lentamente y en una de ellas sostenía un gran diamante cubierto de sangre.
Susana Gladys Brun Pastor
SANGRE La sangre roja y espesa cubría su cuerpo como un macabro sudario después del festín que se había dado con los cuerpos de las gemelas. Su fuerte color carmesí siempre le encendía la mente, nublando su raciocinio y dejando paso a sus más bajos instintos.
Elena Martín
OSCURIDAD Le rodeaba una gran oscuridad, no veía nada pero seguía corriendo, tenía que llegar a la luz, era su única oportunidad si no lo conseguía ahora ya no podría conseguir escapar. No quería que la oscuridad la engullera por siempre jamás.
Lorena Santos Hijosa
LILAS Solo hacía unos días que ya no estaba junto a él. Todavía no se hacía a la idea de haberla perdido. Era demasiado doloroso pero tenía que aceptarlo. Aquel accidente de tráfico se había llevado al amor de su vida. Fue hasta el dormitorio para pasar otra noche en soledad pero al cruzar el umbral se quedó muy quieto. Un olor a lilas lo invadió, sonrió tristemente recordando que era la flor favorita de ella. Respiró profundamente, el olor seguía ahí, no dormiría solo esa noche.
Eva Gil Soriano
BOSQUE El bosque estaba más oscuro de lo habitual, una tenebrosa niebla se extendía en todo el paisaje, el cual de día era precioso. Pero entre la noche, los demonios de la oscuridad reclutaban almas para su cruel ritual.
Manoli Madroño Gómez
DEMONIO La carretera se perdía en el horizonte, y a pesar de la velocidad que llevaba, sabía que no podía parar, aquel demonio surgido del mismo infierno podría atraparla y hacer realidad sus peores pesadillas.
Ana María Serrano
ESCALOFRÍO Otra noche tranquila y serrada, con una niebla espesa y un frío que calaba los huesos, en la que tenía que ir caminando por esa pendiente como todos los días. Pero ese día no sería lo mismo… Un sonido extraño, de la nada, la envolvió causándole escalofríos. Ya había llegado el momento y ella no podía hacer nada para cambiar su destino.
Luz Alverenga Rojas
SONRISAS Se quedó paralizada, no podía respirar y tenía la mirada fija en esa perversa sonrisa, sabía lo que estaba pensando e iba a ocurrir después. El sostenía un látigo de siete puntas, ella estaba atada por las muñecas y desnuda de cintura para arriba. No entendía por qué quería castigarla, no había hecho nada malo pero la había tomado como cabeza de turco. Ella solo rezaba para desmayarse pronto y no sentir el dolor.
Lorena Santos Hijosa
ESQUIZOFRENÍA La miraba a los ojos, esos ojos que un día tuvieron luz propia y que ahora solo estaban allí mirando sin mirar, el vacío que había en ellos no se igualaba con el que él sentía en las entrañas. ¿Cómo pudo permitir que lo sucedido tuviera estos resultados? Lo peor es que no es esquizofrenia lo que ella tenía… Luz Alvarenga Rojas
La palabra esquizofrenia me hacía rendirle respeto, aunque más que respeto era no aceptar la realidad. Lo admito por primera vez esta doble personalidad que está terminando con mi interior al igual que ya lo hizo con el exterior. Pero decime, ¿qué hacer con esta locura hereditaria? Lo único que me ayudaría a ella sería buscar la muerte, cortarme tan fácilmente las venas con cualquier utensilio fino.
Manoli Madroño Gómez
PUENTE COLGANTE, ROSAS Siempre había soñado con viajar a Nepal para poder disfrutar de las vistas, de la paz y llegar por fin a l templo dedicado al Dios Visnu, pero tenía que pasar varios puentes colgantes y le tenía miedo a las alturas. Pero el esfuerzo valdría la pena por ver el hermoso jardín de rosas que tenía aquel templo.
Lorena Santos Hijosa
Cruzamos el puente colgante, que por ser fiestas del pueblo estaba cubierto de rosas, caminábamos cogidos de la mano y sin darnos cuenta fuimos a parar delante de la puerta de la ermita. Qué recuerdos nos envolvieron.
María Pastor Albert
PERDÓN Perdón me pedía arrodillado. ¿Cómo perdonar una infidelidad? Realmente se creía que terminaría rendida a sus pies pero el perdón no se debía pedir sino ganarse y él jamás lo podría ya conseguir. Manoli Madroño Gómez
CORAZÓN Tú corazón en mis manos hacía se añicos como una vez el mío se hizo en tus fuertes brazos. Que la distancia que ahora depósito entre nosotros sea demasiado largo para poder recomponer este triste y roto corazón.
Manoli Madroño Gómez
LLORAR Apoyé mi mano en su pecho, junté nuestras frentes y con una sonrisa en los labios, lloré de felicidad porque llorar ya no era una condena sino una liberación.
Ana María Serrano
SALPICAR El agua me salpica, tengo frío. ¿Hasta cuándo tendré que permitir que me humille por mi error? ¿Cómo pude que me convenciera para hacer semejante locura?
María Pastor Albert
RANÚNCULO Ese día me dirigía a la biblioteca, tenía que hacer un trabajo sobre la palabra ranúnculo, un palabro sacado de ni se sabe dónde. El culpable fue el profesor de literatura. Él me tenía manía y me buscaba las cosquillas pues vería mi yo oculta. Ester Fernández
SOBRENATURAL Mirando el cielo a estas horas me sentía en paz porque el atardecer era el mejor momento del día, el momento en el que la luz solar hacía un paisaje maravilloso, algo sobrenatural.
Ana María Serrano
Paseaba por el bosque sola entretenida en mis pensamientos cuando, de pronto, vi a lo lejos, grande y hermoso con un pelaje increíble, algo sobrenatural. Mi amado brillaba por todo su cuerpo.
Gemma Riancho
SUPLICAR Al ocultar la cascada, ella se había quedado fuera, suspiró mirando dónde estaba su hogar. Pronto le tocaría suplicar por volver. Pero mientras tanto, disfrutaría usando alguno de los humanos que se acercaban a ella. Ester Fernández
LUNA Tener estas visiones en estos momentos no es que le gustara, más bien lo relajaba y se dejaba llevar. Ella tan lejana, tan bonita, tan intocable para todos. Pero sé que solo es un espejismo de un moribundo al que han dejado en medio de tanta maleza, una niebla inexplicable con un aluna más que llena y brillante.
Luz Alvarenga Rojas
COLUMPIO Sentía que volaba, se mecía hacia delante y hacia atrás. Su pelo se enredaba con el viento y le obligaba a cerrar los ojos. El cosquilleo en su estómago era la mejor de las sensaciones, nada era comparable a aquello. «Más alto», gritaba su mente. Pero de pronto, todo se acabó. —Vamos cariño, es hora de bañarte y cambiarte el pañal. Y con aquella frase se marcharon del parque dejándola sumida en la tristeza de abandonar su querido columpio.
Eva Gil Soriano
MAR Era una noche oscura, la luna brillaba en todo su esplendor. Caminaba por la orilla de la playa mientras el mar rugía con furia. Ella caminó decidida hacia él y se dejó llevar, estaba en casa.
Gemma Riancho
MORDISCO Sentí mis colmillos afilados asomarse, un aroma inundaba mis fosas nasales, ese olor a jazmín me estaba volviendo loco. Di unos pasos y observé a una joven americana, silenciosamente me acerqué a ella. Observé que su cuello estaba libre de cualquier cosa que fuera a molestarla cuando le diera un mordisco para succionar esa sangre que lentamente estaba terminando con mi poca cordura que aún tenía.
Manoli Madroño Gómez
BICHOS ¡Dios! Esto no podía estar pasándome a mí. Yo que tengo todo lo me he propuesto en esta vida. Y ahora verme envuelta en un lío que nada tengo que ver. Siento como recorren mis piernas y brazos, tengo el corazón a mil y pequeñas gotas de sudor recorren mis sienes. Sé que son bichos pero eso no calma mi ansiedad ya que sé que estoy a metros bajo tierra y eso no puede ser lo peor.
Luz Alvarenga Rojas
DISTANCIA Noto que cada vez la distancia es mayor entre nosotros, su familia se lo está poniendo muy difícil. No creo que lo consigamos, al final el amor no lo puede todo.
María Pastor Albert
MIEDO Olía el miedo, les veía mirarme con caras asustadas, creo que reconocían quién era aquí el depredador. En ese momento me sentí superior, yo era el rey de la selva… Dejé de leer y miré a mi alrededor, ya no había nadie. ¿Dónde estaban todos?
Ester Fernández
LIBRO Cientos de libros esperaban pacientes en el escaparate a que yo me decidiera por uno…Sus cientos de solapas relataban mil historias distintas, llenas de color y serigrafías únicas. Pero tan solo uno sería el elegido. Un libro que destacaba entre todos los demás por sus líneas puras y su portada sencilla y monocroma, por fin me había decidido por cual comprar y parecía estar deseoso de que lo tocara y leyera pues parecía llamarme en silencio.
Javier Castillo
SUSURRO Estaba sola en casa pero aún así pía un leve susurro pero no era capaz de ver de dónde provenía, nunca había tenido miedo pero ese ruido la estaba volviendo loca. Empezó a inspeccionar la casa habitación por habitación, solo le quedaba el sótano. Bajó despacio porque las escaleras no estaban bien, siempre decía que tenía que arreglarlas pero nunca tenía tiempo. Otra vez el susurro allí era más intenso. Llevaba poco tiempo allí y no la conocía del todo, siguió el ruido hasta una esquina, empezó a mover las cajas que había y dio unos golpecitos en la pared, esta se desconchó y vio lo que parecía una puerta…
Lorena Santos Hijosa
LUZ Caminaba por la solitaria carretera, su coche se había quedado sin gasolina en mitad de la nada. Al menos, la luz de la luna llena iluminaba su camino, pensó. Tras varias horas sin llegar a ninguna parte un estruendo le sobresaltó, asustado miró en todas direcciones sin ver nada más que las sombras de la noche. Aceleró su paso sin llegar demasiado lejos pues una luz cegadora le dejó paralizado. Miró hacía a arriba pero no pudo ver nada. Aterrorizado porque se encontraba totalmente inmóvil cerró los ojos. Si tenía que morir, no quería verlo. Fue entonces cuando sintió como se elevaba del suelo y allí en mitad de aquella noche desapareció. Eva Gil Soriano
AMANECER Aún no había amanecido. Las calles seguían en silencio y la lluvia resbalaba por las fachadas frías. Sentí una punzada en mis piernas que me avisaba que ya era hora de levantarse. Perezosa me puse a ello. Cuando me ya me encontraba en la cocina me dispuse a prepararme un café pero caí en la cuenta que no lo había comprado el día anterior. Maldecía todos los dioses y desde bien temprano sabía que el día comenzaba con mal pie. Manoli Madroño Gómez
SUEÑO Tomé mi abrigo y me dispuse a ir en busca del brebaje que me despertaba todas las mañanas, era un zombi si no lo tomaba y era peor desde hacía un mes, cada noche se repetía el mismo sueño. No podía encontrar la razón del porqué soñaba cada noche con él. Salí de casa con la cabeza gacha para que la lluvia no me golpeara la cara y me di contra un pecho fornido, unos brazos me sujetaron, una voz profunda me dijo «hola»«hola», levanté la mirada y entonces lo vi, todo mi cansancio desapareció, frente a mí sonriendo de lado estaba el hombre de mis sueños. Susana Gladys Brun Pastor
HOMBRE Todavía estoy dormida. Es lo primero que me ha venido a la cabeza mientras estaba pasmada mirando a ese hombre que me visita cada noche en mis sueños, de pie allí y sujetándome, me hace querer más. Pero ahora, en medio de este día nublado y la fría lluvia que me despeja, por momentos me alejo de él dando un paso atrás sin apartar la mirada de esos ojos oscuros como la obsidiana. Empiezo a temblar, no sé si de miedo o de la impresión pero él se da cuenta y me pregunta: —¿Estás bien? Luz Alvarenga Rojas ESCALOFRÍOS Dormía plácidamente cuando algo me despertó, por un momento me encontré desorientada, creía claramente que me había acostado en la cama, sin embargo, me encontraba en el sofá. Un escalofrío me entro al imaginar qué o quién me había llevado allí… Me levanté y volvieron los escalofríos a mí. Ahí estaba él, sonriéndome. Ester Fernández
BOTE El sol caía en todo su esplendor, gotas de sudor recorrían su rostro. Alzó la mirada al cielo raso deseando que llegase alguna nube pues el mediodía se acercaba velozmente. Volvió su mirada al campo y siguió arrancando las patatas, todavía quedaban varias tahúllas de tierra. Cómo desearía tener un bote de cerveza bien fría en esos momentos. Eva Gil Soriano
HAWAIANA Me dedicaba a observar el paisaje, estaba pensativo cuando algo cruzó por delante de mí, fijé bien los ojos en el borrón que había pasado por delante, no podía ser. Cerré los ojos pero ahí vi a Alejandro vestido de hawaiana, sí, como lo veía, ya le habían vuelto a gastar una broma al pobre. Ester Fernández
TELEVISIÓN Entré corriendo a casa tirando las cosas en cualquier lugar, ya me ocuparía más tarde de acomodarlas. El tiempo corría y debía prepararme, mi amor me esperaba. Fui a mi cuarto y como siempre busqué mi lencería más sexy, miré mi reloj, el tiempo me apremiaba, retoqué mi maquillaje, peiné mi melena. Unas gotas de mi perfume preferido, me puse los tacones y con caminar sugerente fui al su encuentro. Atenué las luces, me acomodé en el sofá… los segundos pasaban, llegó la hora, ahí estaba él, sonriéndome, mirándome con esa mirada soñadora, hablándome desde la televisión. Susana Gladys Brun Pastor
TACONES Frente al espejo se preparaba para una cita muy importante. Tras secarse el pelo, se pasó las planchas y se colocó una horquilla para sujetarse el flequillo en el lado derecho. Se puso maquillaje y se pintó ligeramente los ojos. Después, un poco de brillo en los labios y ya estaba lista. Solo faltaba colocarse sus tacones de aguja, que la hacían más esbelta y elegante. Antes de salir de casa, volvió a mirarse en el espejo, se sentía segura de sí misma, su cita iría genial y conseguiría el puesto de publicista que, por supuesto, se merecía. Eva Gil Soriano
GIMNASIO Todos los días pasaba por la puerta del gimnasio y se quedaba mirando hacia el interior, cada mañana se decía: «Hoy tendré el valor de entrar, hoy tendré el valor de hablarle». Luego lo veía hablando con esas mujeres de cuerpo trabajado y entonces entendía que nunca estaría a su altura. Él era alto y fuerte y ella era pequeña de estatura y su cuerpo nunca sería como el de aquellas chicas. No era gorda pero sí con muchas curvas. Seguía embobada mirándolo, solo reaccionó cuando escuchó unos golpes en el vidrio, él le sonreía y le hacía gestos para que entrara. Ella vaciló un poco y apartó la mirada. Cuando volvió la vista, él ya no estaba, suspiró resignada, dispuesta a seguir su camino cuando una profunda voz le dijo al oído: —¿Hoy por fin entrarás pequeña? Susana Gladys Brun Pastor
PEQUEÑA Te escribo esta carta a ti mi pequeña mariposa, te la dejaré donde siempre en el pequeño hueco que hay en tu tumba, esperando que desde el cielo puedas leerla, mi pequeña princesa. Ester Fernández
VIDA Notaba que la vida se le escapaba de las manos y no podía hacer nada, entonces decidió un cambio, pidió adrenalina y sin pensarlo dos veces clavó la aguja en el corazón. El paciente de pronto suspiró y abrió los ojos para cerrarlos de nuevo. El monitor empezó a emitir un sonido y el médico comenzó a respirar, lo había conseguido, había salvado la vida del paciente y eso le alegraba aunque sabía que iba a tener problemas porque el que estaba en la camilla era un famoso asesino y todos le observaban, creían que no había hecho bien pero por encima de todo estaba su juramento. Lorena Santos Hijosa
DESEO Estábamos ahí, todos juntos, el deseo se sentía por todas partes, necesitaba algo más que un toque pero decidí suspirar y mirar hacia delante. El profesor seguía contándonos cosas pero yo ya no era capaz de escucharle, deseaba con toda el alma acercarme a ella. Ester Fernández
FIN ..............POR AHORA..............
Guauuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu gracias por dar cabida a una de nuestras propuestas, que dirige Eva, en el grupo Apasiónate con Ari, donde tenemos secciones fijas de juegos, casi siempre relacionados con la romántica o con mil locuras y donde estáis todas invitadas.
ResponderBorrarGracias por el recopilatorio.
Yolanda
¡¡Muchas gracias Susana!! Quedó genial la entrada. Esperando esa segunda parte con ansia jejeje.
ResponderBorrarY atentas todas A las que les guste escribir microrrelatos porque pronto habrá nueva propuesta en el grupo Apasiónate con ARI :)
Hola,
ResponderBorrarque entrada mas curiosa, ire a ver esas propuestas
un saludo
Holaaaa lo siento Susana tengo problemas con las letras jajajajajjajaja ,muy chiquitas.
ResponderBorrarBesos
¡Hola! Interesane propuesta aunque las letras son tan chiquitas que se me hizo difícil leer todo. Vengo de CDC, me paso a seguir tu blog y nos leemos :)
ResponderBorrar¡Holaaa!
ResponderBorrarEstá bien la iniciativa ^^
Aunque digo lo mismo, cuesta un poco leer la entrada por el tipo de letra y más siendo así de pequeñita :(
¡Un beso y ya te sigo! :)
Katherina´s thoughts - CDC